¡El Espanyol se mete en la gran final y ve más cerca el ascenso! (2024)

El Espanyol estará en la final del playoff por el ascenso. ¡Qué si joder, que vamos a subir! El grito unánime que estalló en el coliseo perico tras consumarse el pase del Espanyol a la final, el penúltimo escalón para volver a Primera. Primera parada, el domingo en Oviedo y el día 23, la verbena de Sant Juan, la vuelta en un Stage Front Stadium que hoy fue determinante gracias al brutal y sobresaliente apoyo de una afición excelsa.

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Empató el Espanyol a cero ante el Sporting, un empate de oro, sufridísimo y taquicárdico jugando con 'diez' por la expulsión de Omar ya en el descuento y cuando más apretaban los asturianos. Pero el Espanyol hizo bueno el gol de la ida en El Molinón, un triunfo que unido al trabajadísimo y sufrido empate de este jueves llevan al equipo catalán a la gran final. Se cayó el estadio, en comunión con el equipo perico por primera vez en muchos meses. El Espanyol mandó y tuvo ocasiones para haber marcado pero le falta morder y puntería en los metros finales ante un Sporting que se creció en la recta final. Pero el equipo catalán aguantó la embestida en inferioridad y mantuvo la portería acero, pues un gol llevaba el duelo a la prórroga. Aguantó y estalló, sellando el billete para la gran final.

Manolo González repitió el mismo once que tan buenos resultados le dio en El Molinón el pasado domingo, cita donde el gol de Puado puso en ventaja la eliminatoria para los pericos.

Empujado por el ambientazo que se vivió en el estadio desde el primer suspiro, el Espanyol pudo avanzarse ya a los pocos segundos. Una brutal contra en la primera jugada acabó con una gran asistencia de Jofre a Puado, pero el ‘7’ sólo ante el meta Yáñez, envió el balón alto, desperdiciando una clarísima ocasión para haber dado el primer golpe letal. Increíble.

El Espanyol salió en modo apisonadora, haciéndose con el balón, mandando y llevando peligro a la meta asturiana. Muy vertical el Espanyol, aunque la puntería desviada en los primeros instantes, el común denominador de los últimos encuentros.

Puado todavía se carcomía, lamentando la clarísima ocasión perdida, pero Braithwaite pronto se puso el traje de salvador para buscar con ansía la meta asturiana. El danés, muy enchufado, tuvo un par de buenas ocasiones, dos cabezazos (17’ y 18’) pero blandos y fáciles para el portero. Pese a que el once catalán imponía su ley, el Sporting se estiró y dio el primer gran susto en el 14’ cuando Otero, a la contra, se sacó un zurdazo que salió lamiendo el poste, alimentando el pánico de una grada que no paraba de alentar.

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El duelo se equilibró, llevando la iniciativa el Espanyol pero el Sporting olió sangre y se fue arriba. Braithwaite y Nico Melamed merecieron el gol, pero les faltó pólvora y acierto en los últimos metros para abrir el melón. Achuchaban los pericos, pero de nuevo la ocasión más clara fue rojiblanca. En el 27’, otra contra del Sporting la finalizó Mario González con un chut cruzado que no entró de milagro.

No tocó nada Manolo González en la reanudación y el guion fue similar al del arranque. Mandaban los pericos pero les faltaba afinar la puntería, demasiado desesperados en ataque. Nico dejó el verde y entró Brian Oliván, buscando oxígeno y buenos centros. Y en el 65’ Braithwaite mereció marcar pero su disparo de primeras lo escupió el poste. El Sporting sacó toda la artillería en pos del gol y Otero le perdonó la vida al Espanyol en el 70’ cuando no ‘mató’ una gran jugada.

Manolo González movió el banquillo, dando entrada a Aguado, Salvi y Gastón, piernas frescas en un último cuarto que se preveía de infarto pues el Sporting se volcó con todo en pos del gol que llevaba el partido a la prórroga.

Lo tuvo Otero con un disparo que despejó Joan García (82’) y Fran Villalba luego también llevó el terror a la grada. Apretaba el Sporting y el Espanyol se defendía con todo, sufriendo pues no cruzaba el campo, no asustaba.

En el 89’ el estadio se cayó por un gol de Braithwaite, que entró ayudado por un zaguero, pero que fue anulado por un justísimo fuera de juego del danés.

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Largo descuento y los marcapasos trabajando a destajo. Y todavía quedaba la polémica de la noche. Omar vio la roja directa por una entrada sobre Campuzano, un castigo que se antojó excesivo y el Espanyol con diez con descuento por delante. Tocaba sufrir y de qué manera a un Espanyol que se defendía con todo, apoyado por una afición excelsa.

Sufrimiento brutal, sufrimiento extenuante hasta el minuto 96', con un Sporting que se volcó con todo ante un Espanyol que sudó sangre, sudor y lágrimas para aguantar el empate a cero, un empate de oro, otro más, que lleva al equipo blanquiazul a la gran final por el ascenso, el penúltimo escalón para volver a Primera. 'Sí se puede' gritaba la afición. Próxima parada, el Tartiere, el domingo, la ida de la finalísima a superar para subir al cielo.